Frases de la semana
- Einjander
- 19 may
- 2 Min. de lectura
Ese toque sutil en mis labios, me anuncian una tormenta de pasiones entre ambos…
Somos un error precioso. De los que no se corrigen.
Alguna vez fui poeta, la poesía caía de mis dedos como gotas de lluvia en el portal, despedía versos en los labios y prosas desnudas en la piel, alguna vez escribía tu nombre con la tinta del amor, te amé hasta el delirio en esa piel bohemia sin patria, ya no lo soy.
Si tocas en el lugar correcto, el mundo puede ser tuyo.
Hay partes de mí que solo existen cuando estoy contigo; tu sonríes y a mí se me ilumina el alma.
También yo he sido semilla atrapada bajo el peso del mundo… Pero aprendí de las flores: no se trata de huir del concreto, sino de romperlo con ternura. Porque amo lo que hay en mí, y quiero vivir expresando.
Sus pechos cantaban en mi boca, una melodia extraña pero adictiva.
Usted es el dueño de mis silencios. Porque a usted me lo encuentro en cada uno de mis pensamientos y en cada suspiro y en cada letra de mis canciones favoritas, las que suelo escuchar en mis horas de insomnio. Yo a usted lo alucino en mis fantasías lo deseo y también lo sueño.
No somos de nadie, pero de vez en cuando le pertenecemos un ratito a quien nos deja la piel, el cuerpo y los pensamientos alborotados y con ganas de un poco más...
Tengo creencias que abarcan más allá de lo humano, de la vida que no se va para siempre. Estamos de visita por el mundo, en viajes y trayectos con la gente que amamos y conocemos. Morimos, pero seguimos aquí; somos reencuentro que toma fuerza en la oscuridad.
¿Qué sabor tiene el deseo? Tiene el sabor de la hostia profanada, cuando mi lengua la recibe no en misa, sino entre tus piernas, con el amén sofocado en mi garganta. Sabe al vino de tu furia contenida, al cáliz que derramas sobre mi pecho como una unción sin redención...
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