Primeras aproximaciones al lenguaje del vacío de Ivanhoe García
- Einjander
- 13 jul
- 3 Min. de lectura
Primeras aproximaciones al lenguaje del vacío de Ivanhoe García
Ediciones Al Gravitar Rotando, Guadalajara, Jalisco. Mx. 2025. 87 páginas
Heidi llama a las cabras
Con los dedos en la boca…
El silbido fue antes que un beso
G.
«No tengo miedo a los sonidos feos. No hay tal cosa como sonidos feos»… Esta es la cita inicial, de John Cage, que encabeza la primera sección –titulada “De sonidos y otros ecos”– del poemario de este joven poeta de la neovanguardia mexicana, que trata de poner a prueba, muy en serio, una vez más, los límites del lenguaje poético; por eso, si una cita inicial debe señalarnos o darnos una pista certera acerca del espíritu que cimienta el material que la sigue, esta lo hace de modo extraordinariamente exacto.
Y así es. Ya el primer texto (¿poema?) que abre esta primera sección, titulado ‘Un primer diagnóstico’, que termina de este modo: «La voz contiene el mensaje de la enfermedad», nos pone en la pista… Y, a partir de aquí, todo, en este libro, lo que se dice y cómo se dice, se entiende mucho mejor.
¿Cómo no repetir lo repetido ya?, ¿Cómo enfrentarse a una voz inevitablemente infectada, que no hace más que expresar y ‘contener’ la enfermedad que somos nosotros mismos y que, al mismo tiempo, nos contiene? Se pregunta el poeta; a pesar de que sospecha que «hay una voz en el pasado que no escuchó» y que era vital haber escuchado.
Desde el principio, vemos que el título del libro, Primeras aproximaciones al lenguaje del vacío, va muy en serio –como esta forma, a tumba abierta, de enfrentarse a la poesía de Ivanhoe García–, que no hay postureo ninguno en él.
El sonido es la base de la que debe inferirse lo poético, pero ¿Cómo hacerlo si está irremediablemente ligado al significado? Solo descomponiéndolo, recomponiéndolo, desligando el significante del significado, o desarticulando los vínculos de la sintaxis respeto del sentido, sometiéndolo al silencio y a la conciencia, solo así puede hacerse, si no se opta por la performance pura o la poesía fónica pura; y esa es la tarea que emprende el joven poeta mexicano en este libro y esa es la tarea que lo obsesiona en su proyecto escritural, en el que va acompañado por un estetoscopio, un corazón/taladro de tres velocidades, el silbido ultrasónico de las ballenas o Frank Zappa, y, si no, por dos vasitos de plástico desechables y un hilo… Da igual, todo provoca el mismo «nudo en la garganta», como las pantallas o las llaves que cierran/abren, que apagan/encienden nuestras almas, nuestras pieles separadas en un improbable y agobiante streaming de Respuestas Sensoriales Meridianas Autónomas (ASMR), un ‘Tú y yo separados dentro de una caja’.
En realidad, el objetivo último de Ivanhoe García es una poesía performativa en la que el gesto y el significante material de los signos poéticos se conviertan en la base misma del ‘acontecimiento’ en el que pretende convertir cada poema, por sí mismo, y el poemario entero, en su conjunto. Y esta tarea que se impone: el nombrar lo vacío y lo involuntario –como, por ejemplo, la caja de resonancia que es nuestro propio cuerpo o el eco de los cuerpos destrozados por la explosiones de la Historia–, la tarea, en suma, de escuchar atentamente lo que no es nombre, sino tan solo ‘ruido’, sonido, objeto o mero acontecer, y hacerlo «desde el silencio», no es tarea sencilla y, menos, en la poesía escrita e impresa; por eso, tiene aún más valor el intento de Ivanhoe García y los excelentes resultados obtenidos en este extraordinario libro, en cuya segunda sección, titulada “De números y otros símbolos”, se dobla magistralmente la apuesta, pues, en ella –encabezada por esta otra cita de Leibniz: «El pensamiento humano se encuentra inevitablemente mediado por signos»–, tan solo quedan ya los «números y [vacío]», y, por supuesto, la soledad del 1 o el dolor curvado y vencido del 2, o el mismo Dios, con su matemático infinito lenguaje o un coleccionista de códigos de barra, o nuestra imaginación encajonada en un montón de libros con ISBN («pero ¿Quién recuerda los isbn?»), o el sueño –imposible– de poemas más extensos que la hoja…
10
Conjugación
Con una existencia menor.
FIN.
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