Óleo, poca ropa y piel
- Einjander
- 1 may
- 1 Min. de lectura
La pintura es solo el pretexto. Lo verdadero ocurre entre el pincel y la muñeca, en ese instante en que la mano tiembla—no por duda, sino por exceso de vida. Estas artistas no eligen motivos: los conjuran. Sus obras son actos de alquimia donde la tela absorpe sudores, fantasías y el ritmo de sus caderas al moverse frente al caballete. Miradlas: están pintando con la misma sangre que enciende sus venas.
.jpg)

























Comentarios