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ME GUSTAN GRANDE

  • Foto del escritor: Ichi Kareka
    Ichi Kareka
  • 6 ago
  • 2 Min. de lectura

Roxana, es una mujer echa y derecha de 28 años. Soltera. Bailadora y coqueta. En la calle la bañan de piropos por su esbelto cuerpo y nalgas bien formadas. Ella es talla grande y pecho bien redondos.

Javier, es un chofer de combi. Moreno de estatura mediana y delgado. El mismo comenta a sus amigos, que no tiene suerte con las mujeres. Eso si. Las niñas locas, lo buscan y lo pelean como si fuera el único hombre de la región.

Eso llamó la atención de Roxana. Y decidió ir ha investigar entre los gay el tema. De esa forma se enteró que el tal Javier era de brazo largo, grueso y grande.

No dudo. Ideó la forma de acercarse y convivir con ese sujeto.

Era domingo. Javier le tocó cubrir a un compañero ese día. Vio a la hembra de pantalones bien tallados. Con una blusa a medio pecho. Sus tetas casi estaban en el aire.

Roxana. Le aceptó unas latas de cervezas. Los 2 se cayeron bien. El le dijo que pararía la combi. Ya que no aguantaba las ganas de orinar.

Roxana traviesa y aventada lo espío. Vio que Javier a pesar de su tamaño tenía su cosa grande grande.

Cayó la noche. En conocido motel se encerraron. Roxana ya quería comerse ese plátano gigante. Pero Javier se lo negó. Si le daría gusto. Si era por el chiquito. Pues -según el- sabría si Roxana aguantaba la medida de aceite sin saliva.

Ella se negó. Le dijo que estaba dispuesta tragárselo por la vagina.

Javier. Insistió. Entonces deja que solo entre la cabeza en el hoyito. Roxana ya muy tomada. Acepto. Pero solo la cabeza. No te vayas a pasar. Fue su sugerencia.

Javier le metió la cabeza, mano y pie.

Saludos pueblo. Esta historia viene en el próximo libro del maestro Ali Yacamara de Ichikareka.

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